Habitamos 3 espacios: el planeta, nuestro cuerpo y nuestra mente.
Somos muy conscientes de los primeros dos, pero poco nos ocupamos de nuestra mente; a pesar de tenerla pegada al cuello. La tratamos como una parte más que debe funcionar ¨correctamente¨, acompañarnos y sernos fiel; pero no nos ocupamos de ella.
Alimentamos nuestro cuerpo, lo ejercitamos, y poco solemos hacer con nuestros pensamientos. Filtramos poco los mensajes que recibimos, nos repetimos verdades sin que lo sean, y la alimentamos con lo que otros deciden por nosotros.
¨Quiero… pero como no sé cómo hacerlo… entonces, no.¨ ¨¿Y si todo sale mal?¿Y si lo pierdo todo?¨ ¨No quiero ser un fracaso, qué van a decir de mí ¨ ¨Yo no nací para eso¨
Hoy hablamos de el FRACASO, la mala prensa que tiene el ESFUERZO a la hora de alcanzar nuestros sueños, el sentir que ¨se te pasó la hora¨, o que ¨no naciste para eso¨.
Como emprendedores nos toca desaprender, deconstruir; y a la vez crear la realidad que aún no existe; para nosotros y para el mundo entero.